lunes, 16 de junio de 2014

La teoría de la relatividad

Cuando menos lo pensamos, las vacaciones se convierten en un espacio liminal que establece esa línea invisible que separa lo razonable de lo imprevisible.
He andado una semana ocupado en recorrer la isla de Tenerife y, a ratos, la casualidad me ha llevado a reparar el cansancio de mis pies en la lectura de "La teoría de la relatividad. El espacio es una cuestión de tiempo". Quién sabe por qué pero me entraron las ganas de la Física sin reparar en que hace ya algún tiempo yo  mismo realicé mi propio acercamiento a la teoría de la relatividad:
"Son estos días de lluvia en los que, a fuerza de escalar y escalar mareas, el alma algo ya cansada se derrumba a mis pies. Ni siquiera su recuerdo espanta el miedo a pervivir exiliado en este territorio tan ajeno a ella. Al volver a casa, en la soledad y medio en penumbra releo ese librillo sobre la teoría de la relatividad y sigo sin comprender una sola palabra. Espacio y tiempo, qué absurdos conceptos cuando abstractos y vacíos se precipitan en la vida. No hay que entender una sola palabra de Física para sentir que hay momentos que curvan nuestra existencia, que hay seres cuyo cuerpo provoca sin remedo una fuerza en el pequeño universo que es cada vida".

(fragmento extraído de Breve inventario de magia)

No hay comentarios:

Publicar un comentario