domingo, 5 de julio de 2009

no-currículo

Dándole vueltas al libro que nos ocupa, he caido en la cuenta de que, en contra de lo que es costumbre, no aparece por ninguna parte del mismo ninguna referencia biográfica a mi persona. Ya saben, esa reseña que brevemente glosa la obra y milagros del autor para que el lector despistado se ubique adecuadamente ante la lectura. Intentando poner remedio a tal omisión pero siendo fiel a mis principios, a continuación reproduzco mi

No-Currículo

Realmente resulta odioso definirse por lo que uno no es, por aquello que nunca se alcanzará más allá de una noche de sueño intranquilo o un momento heroico de ebriedad. Pero sin duda, es éste el último acto de honestidad que me debo a mí mismo.

Así, y de esta guisa, yo no nací en el seno de una familia ácrata ni contracultural. No fui un bebe precoz, ni un niño prodigio, ni mucho menos un joven enardecido por la osadía o la más irrefrenable actitud rebelde. De mis méritos académicos habla mejor la tinta malgastada en centenares de apuntes y exámenes en la Facultad que el lugar al que estos me relegaron en la vida. Mi aptitudes artísticas y creativas, siempre puestas a prueba, han recibido de forma casi permanente el no-reconocimiento que las sitúa en su justo lugar, el de la generación, no ya perdida, sino más bien extraviada. No soy tertuliano de atractivos debates radiofónicos de la vanguardia cultural ni dirijo institución alguna de renombre. Por no gestionar, no gestiono ni mi propia cultura con decencia. En definitiva no soy alto, ni bello, ni rico pero ¿qué se le va a hacer? tampoco la vida es es noble, ni buena, ni sagrada.

Esto es lo que no-hay. Pero espero que estén ustedes de acuerdo conmigo en que definirse en el fracaso es siempre preferible a hacerlo en la autocomplacencia.


(ilustración "Fetichini se pone surrealista" extraida de mi Comicblog "Extraños en Arcadia"

viernes, 10 de abril de 2009

historias e histerias

Existen en Breve inventario de magia, no menos de tres relatos que responden a una extravagante e innecesaria voluntad de reinterpretar la realidad. Llamaré a estos simulacros, si se me permite la invención del término, alternotopías, lo que viene a significar versiones alternativas a aquella otra Historia que recogen los manuales, de una manera más o menos aceptada. Supongo que con bastante facilidad, reconoceréis algunas de estas tentativas en los relatos “Vidas tru[n]cadas”, “Un mago en ciernes” y “El mensaje secreto de Houdini a Sir Arthur Conan Doyle”. No exagero si os digo que el punto de partida de los mismos no es otro que el divertimento. Me parecía sugestiva la idea de tomar cualquier evento histórico y transformarlo de alguna u otra forma en un relato de tintes pseudomágicos (aunque mi torpeza no haya alcanzado en alguna ocasión más allá de lo pseudocómico). Al mismo tiempo y para el caso que nos ocupa, la noticia histórica así tergiversada cobra una dimensión especial y espacial en tanto se hace posible en la literatura y (desde las páginas de este libro) ocupa ya y para siempre un lugar en la misma. Bastará entonces concitar unas dosis adecuadas del consabido pacto de ficción para determinar que lo narrado es así mismo lo acontecido. No sé si la literatura tiene como fin el de llenar los huecos de la Historia – ese es el sentido que Borges le confiere - o simplemente de abrir huecos de insondable duda en el tupido velo que la constituye, pero para evitar males mayores, mis relatos no pretenden, en último extremo, plantear vías disociadas de impredecibles consecuencias en la Historia sino que por el contario se adecuan a los hechos y los hacen posibles e inalterados más allá de sus variantes.

(Otra de mis ilustraciones para la serie realizada para la “Antología interactiva DiVersos” publicada por la Facultad de Ciencias del Trabajo de la Universidad de Córdoba con la colaboración del Instituto Andaluz de la Juventud)

viernes, 9 de enero de 2009

irracional introducción

Breve inventario de magia parte de una premisa bastante irracional. Se trata de la idea expuesta al lector en la introducción de que ese libro, que él mismo tiene entre sus manos y está leyendo en ese preciso instante, no existe, es decir, que es sólo fruto de una ilusión provocada por la destreza en el hipnotismo de su narrador/autor. Sin embargo, a continuación se reproducen toda una cascada de relatos que más o menos se emparientan bajo el tema común de lo mágico (o lo ilusorio, a veces de lo des-ilusionante) y que pese a lo irreal de la premisa se podrán leer sin gran dificultad. En todo caso, lo que prefigura ese primer texto introductorio son algunas cuestiones, quizás más sutiles, que se apuntan en cierto modo pero no se desarrollan en todas sus posibilidades. Por una parte está la idea de la inexistencia del arte como cosa en sí, como realidad con significado propio y unívoco (a lo que añadiría las cuestiones acerca del verdadero valor de la obra y de la autoría en el contexto del arte contemporáneo); por otra, la de una poética del silencio (de lo breve, lo conciso, del mínimo común expresivo). Todo ello nos dará la oportunidad de hablar largo y tendido en lo sucesivo y añadirá, sin duda, puntos de anclaje y discusión en torno a los argumentos expuestos en el libro. (Ilustración perteneciente a la serie realizada para la “Antología interactiva DiVersos” publicada por la Facultad de Ciencias del Trabajo de la Universidad de Córdoba con la colaboración del Instituto Andaluz de la Juventud)